BEAUTIFUL BOXER





Combates dentro y fuera del ring






















 Inspirándose en la historia  real de Parinya Charoenphol, más co-nocido como Nong Toom,
“Beautiful boxer” narra la trayectoria vital y profesional de este célebre luchador travestido de muay thai (kickboxing  tailandés), quien desde niño vio cómo su feminidad se encontraba
atrapada en el cuerpo de un hombre, y que en la actua-lidad, tras haberse operado para cambiar de sexo, trabaja como modelo y  actriz en Bangkok.

  Ya desde los títulos de crédito, la película nos muestra, a través de un montaje en paralelo, la paradoja de esas dos realidades, dos mundos contrapuestos, que coexisten en el protagonista: el del boxeador, inmerso en un entorno propiamente masculino, donde domina la violencia y la osten-tación de todos aquellos atributos y actitudes asociadas por cultura y tra-dición a la virilidad; y el de la "mujer", sensible y sensual, que mediante la ropa, el maquillaje y las pelucas trata de adaptar su físico de varón a  la ex-presión natural que le dicta su espíri-tu; paradoja en la que radicaría, sin lugar a dudas, el atractivo po-pular y la fama de este muchacho fuera de toda norma. La entrevis-ta que le realiza un periodista extranjero a un Nong Toom ya adulto, completamente caracterizado como fémina, sirve como excusa pa-ra introducir un largo flashback,  apenas interrumpido, que va recu-perando para el espectador la  singular biografía de este personaje desde sus inicios hasta poco después de autoadministrarse un tra-tamiento hormonal.





 
Nong Toon se nos retrata, así, como un niño tímido, delicado y honesto, con una infancia ceñida por la necesidad económica y su forzado paso como monje por un convento budista. El joven penetra, entonces, accidental y accidentadamente, en el universo del boxeo, y después de una dura estancia en un campo de entrena-miento, asiste con sorpresa y reparo a su ascenso profesional en los cuadriláteros. Si bien Nong Toom ya se perfiló desde el comienzo como un buen luchador, empezó a  llamar la atención de los aficionados y del público en general  cuando decidió pelear con la cara maquillada, dejando clara su condición. El hecho de que un travestido hiciera gala de semejante fiereza en el ring ("cuanto más me pintaba, más fuerte me pegaban mis adversarios, y más fuerte de-volvía yo los golpes", declara con sobrada elocuencia), y sumiera en el k.o. a todos sus contrincantes, no dejaba indiferente a nadie. Sin embargo, este ingrediente que le hacía sobresalir, provocó que se formara un circo mediático a su alrededor, no demasiado respetuoso con su voluntad, y que muchos pusieran en duda su credibilidad. En realidad, Nong Toom ejercía como púgil por dinero —también para reafirmarse y demostrar su cuestionada valía—, primero para sacar a su familia de la miseria, más tarde para lograr pagarse la intervención de cambio de sexo, pero su sueño, tan oculto como imposible, era convertirse en una bailarina de las danzas tradicionales de su país, y de hecho incorporó algunos de estos finos movimientos al espectáculo en que transformó sus contiendas en el ring.




  Se trata, en resumidas cuentas, de un relato de descubrimien-to de la identidad sexual, de realización y superación per-sonal.  


Las de un  individuo que, desde crío, tuvo que enfrentarse a los valores rancios y a la incomprensión de una sociedad, viéndose obligado a  esconder su naturaleza femenina hasta que a los otros no les surgió la oportunidad de sacarle rendimiento económico, y contando con la complicidad y el apoyo de la mayoría de mujeres, y el rechazo  y la burla de la práctica totalidad de los hombres.

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